Bueno gente de la taberna les dejo esta historia muy bonita que encontre navegando en la red y quize compartirla con ustedes ya que se que la mayoria son adolescentes y el amor algo muy bonito de esa etapa aqui se las dejo....
Todo empezó cuando íbamos juntos a clase en 4º de primaria, éramos los mejores amigos, siempre estábamos juntos, riéndonos, pasando los recreos jugando, fuimos creciendo, todo seguía igual. Llegó el instituto, 1º de la ESO, el primer año ella fue a uno distinto que el mío y perdimos el contacto, nos veíamos de vez en cuando, nos saludamos siempre que nos veíamos, yo sabía que tenía un novio, y cuando me enteré de que lo dejaron volvimos a tomar contacto, la ayudé mucho, ella estaba muy triste y desilusionada, solo teníamos 13 años, pero era amor.
Todo empezó cuando íbamos juntos a clase en 4º de primaria, éramos los mejores amigos, siempre estábamos juntos, riéndonos, pasando los recreos jugando, fuimos creciendo, todo seguía igual. Llegó el instituto, 1º de la ESO, el primer año ella fue a uno distinto que el mío y perdimos el contacto, nos veíamos de vez en cuando, nos saludamos siempre que nos veíamos, yo sabía que tenía un novio, y cuando me enteré de que lo dejaron volvimos a tomar contacto, la ayudé mucho, ella estaba muy triste y desilusionada, solo teníamos 13 años, pero era amor.
Un día le pedí salir, y ella
me dijo que sí, estaba feliz. Solo teníamos 13 años pero fue algo muy
bonito y especial que duró tiempo. Nos veíamos los fines de semana y algunas
tardes al salir de clase ella me esperaba en la puerta de mi instituto, nos
veíamos poco, pero nos bastaba, ya éramos felices.
Fueron pasando los meses, ya teníamos 14 años, salíamos los
fines de semana, los inviernos corríamos de la mano por las calles mientras
llovía, veíamos películas romanticonas, nos quedábamos dormidos abrazados en el
sofá, teníamos una lista entera de planes para ir haciendo día a día. Ya
hacíamos cosas mas de novios, íbamos creciendo.
Siguieron pasando meses y meses. La cosa se iba enfriando,
discutíamos bastante porque ella pasaba de mí, no era cariñosa, no me hablaba
como antes, ya no me decía ” te quiero”, pero siempre volvíamos a estar super
felices juntos, nos veíamos y sonreíamos y un beso lo arreglaba todo , la
quería más que a nada en el mundo, porque era mi pequeña, me encantaba mimarla,
abrazarla, darle besos, escucharla, hacerla reír, hacía lo que fuera porque
ella estuviera feliz.
En uno de nuestras discusiones lo dejamos, lo pasamos muy
mal, y no aguantamos ni una semana el uno sin el otro, y volvimos, volvía a ser
mi pequeña, volví a abrazarla y fue la mejor sensación del mundo, ya teníamos
15 años y queríamos descubir cosas nuevas, sensaciones nuevas, nos íbamos
acercando más, yo seguía muy enamorada de ella.
Un día como otro cualquiera cogí mi bicicleta y me fui a su
casa, sus padres no estaban y vimos un peli juntos, estamos en el sofá, juntos,
abrazados, no necesitaba más, estaba feliz y a gusto con ella entre mis brazos,
y hablamos y decidimos subir a su habitación, nos fuimos quitando la ropa poco
a poco, aunque no acabáramos haciendo el amor, fue la mejor sensación que he
tenido hasta ahora, Ella, yo, una cama, desnudos, primera vez, fue lo mejor del
mundo, de película romántica…
Se hizo la hora de irme a casa, nos despedimos y volví a
coger mi bici, me quedaban 30 kilómetros para llegar a mi casa, llovía a mares,
pero me daba igual, yo era el quinceañero mas feliz del mundo.
Estaba deseando volver a verla, cuando la volví a ver a los
pocos días solo quería abrazarla, cogerla en brazos, besarla y decirle lo mucho
que la quería.
La vi venir por la calle, agachaba la cabeza, estaba rara, y
me dijo ” tenemos que hablar”. Yo estaba muy asustado, nunca me había pasado
algo así, hace un minuto era el más feliz del mundo y ahora tenía mariposas en
el estómago.
Ella empezó a hablar, a mí no salía voz, quería morirme. Me
dijo que había estado con mi mejor amigo y que se habían liado, ella me explicó
que no era culpa mía, que pasó, que me quería mucho y que siempre la iba a
tener para lo que fuera. A mí no me salía la voz, no pude hablar, me quedé
callado sentado en un banco, esperando que la tierra me comiera de una vez,
quería salir corriendo de aquel sitio en el que estaba, me caían lágrimas.
Llegué a casa y no podía aguantar, lloré mas que nunca, perdí a lo que mas
quería en este mundo.
Pasaron días, semanas, y yo estaba cada día peor, no comía,
no dormía, no hablaba, no me relacionaba, no salía de la cama, preguntaba por
ella, todo el mundo me decía que estaba normal, estaba bien. No volví a saber
nunca más de ella, solo han pasado unos meses, sé que ahora está con mi mejor
amigo, el tiene 18 , ella 15.
Con la ayuda de mi madre un día decidí quemar aquella lista
enorme de planes que tenía colgada en mi habitación, quemar las fotos y
aquellas cartas que al principio me mandaba, quemé todos los recuerdos de los
cuales solo quedan las cenizas.
Ahora todavía tengo 15 años, sé que me queda mucha vida,
muchas novias, muchos amores, pero ninguno tan especial como el primero, aunque
fuera doloroso.